El honoris causa José Antonio Pascual Rodríguez alaba la figura de Joan Coromines

José Antonio Pascual Rodríguez.
José Antonio Pascual Rodríguez.
Noticia | Institucional
(11/05/2023)
Al acto, con un Paraninfo con una nutrida respresentación de estudiantes entre el numeroso público, han asistido los exrectores Josep M. Bricall y Dídac Ramírez, así como varios profesores históricos de la Facultad de Filología y Comunicación como Marisa Siguan, Rosa Navarro, Joaquín Rafael o María Nives Muñiz, entre otros, así como el director de la Institución Cultural del CIC, el poeta Carles Duarte, y la presidenta del Instituto de Estudios Catalanes, Teresa Cabré.
José Antonio Pascual Rodríguez.
José Antonio Pascual Rodríguez.
Noticia | Institucional
11/05/2023
Al acto, con un Paraninfo con una nutrida respresentación de estudiantes entre el numeroso público, han asistido los exrectores Josep M. Bricall y Dídac Ramírez, así como varios profesores históricos de la Facultad de Filología y Comunicación como Marisa Siguan, Rosa Navarro, Joaquín Rafael o María Nives Muñiz, entre otros, así como el director de la Institución Cultural del CIC, el poeta Carles Duarte, y la presidenta del Instituto de Estudios Catalanes, Teresa Cabré.
El profesor Pascual ha empezado su discurso con un recuerdo explícito de Joan Coromines, de quien fue ayudante durante la década de los setenta. Ha recordado cómo el maestro se negó a aceptar el doctorado honoris causa que le ofreció la Universidad de Barcelona en 1975 porque «había aprendido a desentenderse de cualquier honor y a reducir su vanidad sólo a la complacencia de estar satisfecho con el trabajo». Al mismo tiempo, ha aventurado: «Pienso si, junto con el placer por ese honor que nuestra universidad le quería conceder, seguramente le habían estallado mil recuerdos que podríamos ver resumidos en la voz exilio, síntesis de la circunstancia más importante de todas las que condicionaron grande parte de su vida».

Las dificultades de un filólogo en el exilio

A lo largo de buena parte de su discurso, José Antonio Pascual ha trazado el itinerario académico y sobre todo vital de su maestro, Joan Coromines. Desde la recién nacida Universidad de Cuyo, en Argentina, que contribuyó a consolidar, —hasta Chicago en Estados Unidos—, Corominas «levantó el edificio de una filología catalana bien provista con los métodos de la lingüística histórica», «uniendo la inteligencia con la fuerza, a la vez que, con una capacidad de trabajo extraordinaria, y adaptándose a la dura realidad que le tocó vivir».

Destacado estudioso de la historia del castellano —concretamente, de la fonética y la morfología históricas—, la historia externa de la lengua, la etimología y la historia del léxico, la norma y el cambio lingüístico, Pascual ha calificado el Diccionario crítico etimológico de la lengua castellana, de Coromines, como un artefacto que cambia las posibilidades de trabajar en la filología castellana».  «Cambió radicalmente las condiciones de estudio de la historia de mi lengua», ha destacado. También ha recordado que «este diccionario se construyó como un paréntesis al que Joan Coromines se acogió durante un larguísimo decenio. Salió adelante no sólo por la inteligencia y la extraordinaria formación de su autor, sino también porque éste no se rindió ante todas las dificultades a las que tuvo que hacer frente».

Asimismo, el profesor Pascual Rodríguez ha querido mencionar que «aquí he tenido el primer reconocimiento de importancia que se me ha concedido como filólogo, el nombramiento como miembro correspondiente del Instituto de Estudios Catalanes». También ha tenido palabras de recuerdo para destacados filólogos amigos, como Germà Colón, Antoni M. Badia y Margarit, Joan Veny, Joaquim Rafel o Joan Bastardas. Por último, ha cerrado su parlamento con un «profundo agradecimiento que surge de lo que Dante llamaba lago del corazón». «El “lago del corazón”, por decirlo en la lengua del maestro Coromines, la lengua que me enseñó a amar al rescoldo del trabajo compartido». Para acabar, Pascual ha agradecido recibir la distinción y ha destacado que «debo pensar en todo aquello que este reconocimiento debe a la persona de Joan Coromines por el magisterio que ejerció en mí».

El padrino de la ceremonia, el catedrático de Filología Románica José Enrique Gargallo, ha comenzado su discurso calificando al profesor Pascual Rodríguez «de humanista integral, un hombre enamorado de la palabra». Ha glosado su trayectoria académica, y ha destacado sus relevantes aportaciones en «múltiples campos de la disciplina: fonética y morfología históricas, historia externa de la lengua, etimología, historia del léxico, norma y cambio lingüístico, lexicografía, traducción y análisis de obras literarias». Ha hecho una mención especial de la relación de Pascual con el maestro Joan Coromines «para la hispanística y la romanística, resultó providencial que el azar le llevara a conocer a Joan Coromines, que trabajara y aprendiera a su lado, que colaborara a lo largo de la década de los setenta del pasado siglo en la obra del Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico». Gargallo ha concluido su parlamento con un peculiar obsequio, de acuerdo con la profesión de ambos: «Había prometido a José Antonio que, en este acto de investidura, le regalaría públicamente un refrán. Cabe decir que se trata de un refrán sin mucho glamour. Pero creo que resulta apropiado para la ocasión: “La obra alaba al maestro”».

A continuación, el presidente del Consejo Social, Joan Corominas, ha intervenido para destacar las cualidades del doctor Pascual, a quién ha calificado de «generoso, trabajador y paciente, por haber trabajado con el maestro Joan Coromines», y ha querido poner de manifiesto el ejemplo de «colaboración y convivencia que representaba la labor de José Antonio Pascual, en un momento en que la amenaza de guerra lingüística que nos ensombrece a veces se debe combatir con formación humanística y con el desarrollo de la sociedad».

El rector, Joan Guàrdia, ha cerrado el acto con una intervención en la que ha afirmado que  ha afirmado que «en la figura del doctor José Antonio Pascual la ciencia y la humildad no son un binomio disjunto, porque dedicar su discurso al recuerdo del maestro Coromines le honra profundamente». También ha manifestado que «el objeto al que el doctor Pascual ha dedicado su labor, el lenguaje, es la herramienta más poderosa de la humanidad porque sirve para transmitir una forma compartida de entender el mundo que nos acerca a la verdad y la belleza». Y ha querido cerrar su intervención parafraseando a quien fue rector de la Universidad de Salamanca Miguel de Unamuno: «usted, doctor Pascual, no sólo ha vencido con el rigor y con la ciencia, sino que también ha convencido».

José Antonio Pascual Rodríguez se suma a una nutrida y lucida nómina de honoris causa por la Facultad de Filología entre los que se cuentan Claudio Magris (2011), Josep Perarnu (2009), Eduard Feliu (2007), Jordi Savall (2006) y Cesare Segre (2004), entre otros.


 

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