Eugene Garfield y Paul Preston, investidos doctor honoris causa por la Universidad de Barcelona
La Universidad de Barcelona ha conferido el grado de doctor honoris causa a Eugene Garfield, una figura clave en el campo de la información y la documentación científica, y a Paul Preston, considerado uno de los hispanistas más prestigiosos e influyentes del mundo, en un acto institucional presidido por el rector, Dídac Ramírez, que ha tenido lugar hoy, martes 14 de junio, en el Paraninfo del Edificio Histórico de la Universidad de Barcelona. El nombramiento de Garfield ha sido avalado por el profesor de la Facultad de Biblioteconomía y Documentación Cristóbal Urbano, y el de Preston, por el catedrático Joan Villarroya, de la Facultad de Geografía e Historia.
El rector Dídac Ramírez, que ha presidido el acto, ha destacado que los dos académicos investidos son «grandes eminencias científicas en sus respectivos campos». De Eugene Garfield ha resaltado su carácter innovador, y lo ha definido como «todo un precursor de las herramientas de organización bibliográfica a través de indexaciones basadas en citas, hace décadas, cuando la capacidad de memoria y la potencia de cálculo de los ordenadores hacía que la carga más dura de la investigación fuera asumida por el investigador». Sobre Preston ha afirmado que «nos ha ayudado a enfrentarnos con nuestra historia, nos ha puesto ante el espejo, un ejercicio que no siempre es fácil». Asimismo, ha hecho referencia al referéndum en el Reino Unido sobre la permanencia en la Unión Europea, sobre el que ha dicho que «la idea de Europa sigue siendo necesaria, pero estamos abocados a un debate profundo sobre hacia dónde debe girar la Unión».
La Universidad de Barcelona ha conferido el grado de doctor honoris causa a Eugene Garfield, una figura clave en el campo de la información y la documentación científica, y a Paul Preston, considerado uno de los hispanistas más prestigiosos e influyentes del mundo, en un acto institucional presidido por el rector, Dídac Ramírez, que ha tenido lugar hoy, martes 14 de junio, en el Paraninfo del Edificio Histórico de la Universidad de Barcelona. El nombramiento de Garfield ha sido avalado por el profesor de la Facultad de Biblioteconomía y Documentación Cristóbal Urbano, y el de Preston, por el catedrático Joan Villarroya, de la Facultad de Geografía e Historia.
El rector Dídac Ramírez, que ha presidido el acto, ha destacado que los dos académicos investidos son «grandes eminencias científicas en sus respectivos campos». De Eugene Garfield ha resaltado su carácter innovador, y lo ha definido como «todo un precursor de las herramientas de organización bibliográfica a través de indexaciones basadas en citas, hace décadas, cuando la capacidad de memoria y la potencia de cálculo de los ordenadores hacía que la carga más dura de la investigación fuera asumida por el investigador». Sobre Preston ha afirmado que «nos ha ayudado a enfrentarnos con nuestra historia, nos ha puesto ante el espejo, un ejercicio que no siempre es fácil». Asimismo, ha hecho referencia al referéndum en el Reino Unido sobre la permanencia en la Unión Europea, sobre el que ha dicho que «la idea de Europa sigue siendo necesaria, pero estamos abocados a un debate profundo sobre hacia dónde debe girar la Unión».
Garfield, «el padrino de Google» y mucho más
A Eugene Garfield, (Nueva York, EE. UU., 16 de septiembre de 1925), figura clave en el análisis de la información y la documentación científicas, se le reconoce internacionalmente por haber sido pionero en la consideración de la citación como un elemento fundamental para evaluar la calidad de una publicación científica. Garfield ha desarrollado dos ideas básicas para mejorar el acceso a la información científica: los índices de sumarios, que permiten a los investigadores mantenerse al día en sus ámbitos de conocimiento, y los índices de citas, entendidos como una forma de organizar y evaluar la bibliografía científica.
Además de esta visión innovadora en la creación de herramientas para gestionar información, el espíritu emprendedor de Garfield le ha llevado a comercializar guías bibliográficas sobre diferentes disciplinas científicas, los todavía existentes Current Contents. Paralelamente, y animado por Joshua Lederberg, premio Nobel de Medicina en 1958, trabajó en la creación de un índice de citas en el campo de la genética, una iniciativa que cristalizó en 1963 con la publicación del Science Citation Index, el primer índice de citas en este campo, que recogía 613 revistas y 1,4 millones de citaciones. Los trabajos de Garfield también han facilitado el análisis de las relaciones entre autores, ideas y textos en los campos de la historia y la sociología de la ciencia. De aquí ha surgido la cienciometría como disciplina científica. Estas aportaciones a la gestión de la ciencia y la tecnología han sido clave para entender la evaluación de la investigación y la actual toma de decisiones en política científica.
Garfield, que no ha podido asistir al acto por motivos de salud y ha hecho llegar su intervención grabada en vídeo, ha centrado su discurso de investidura en analizar la evolución que ha experimentado el Science Citation Index (SCI) hacia el Web of Science, y la relación que ese cambio tiene con Google, ya que sus ideas también han encontrado aplicación en otros campos de la recuperación de información: algoritmos como el PageRank de Google utilizan el modelo teórico de los índices de citas para analizar los enlaces entre páginas y ordenarlos por relevancia. No en vano, un bibliotecario estadounidense ha definido a Garfield como «el padrino de Google».
En su parlamento, Garfield se ha referido a su artículo «Citacions indexes for science: a new dimension in documentation through association of ideas», publicado en la revista Science en 1955. El autor considera que ese es el trabajo más relevante de los que ha escrito, aunque no es, paradójicamente, el más citado. En cuanto al SCI, lo ha definido como «una herramienta habitual entre analistas políticos y otros profesionales interesados en la evaluación, incluidos los amantes de las especulaciones sobre los posibles ganadores de Premios Nobel». No obstante, ha añadido, ahora «el SCI no solo se utiliza con este fin: además de ser esencial en bibliotecas y centros de documentación, es un recurso ampliamente utilizado para generar competencia desde Google Académico y Elsevier, la mayor editorial del mundo de obras de medicina y bibliografía científica». De hecho, Garfield ha destacado que «el éxito tecnológico de Google como motor de búsqueda se debe a su proceso de clasificación de las citas».
Garfield ha lamentado que, si bien el SCI «es un legado excelente de lo que en su día fue un índice de dimensiones reducidas», en el ámbito estudiantil no se utiliza como herramienta de difusión selectiva de la información. Por ello, ha concluido que «todavía debe hacerse pedagogía sobre las citas: habría que enseñar a los estudiantes cómo funciona este proceso y también sería necesario que se preguntaran quién cita y dónde se citan las obras que usan».
En su laudatio, el padrino de Gardfield, Cristóbal Urbano, ha puesto de relieve que «de manera cotidiana, profesores, alumnos e investigadores hacemos uso de herramientas de organización de la bibliografía científica desarrolladas a partir de las ideas, proyectos o productos de Garfield». Urbano ha destacado que «las ideas, y sobre todo la perseverancia de Garfield, están detrás de la consolidación de los índices de citas, cuya influencia llega hasta los buscadores web que diariamente usamos y que utilizan los enlaces entre páginas web como un instrumento en cierto medida equivalente a las citaciones para ordenar las páginas por relevancia».
Asimismo, ha remarcado que «la singularidad de la aportación de Garfield reside en la combinación de un concepto del que existían precedentes —la indexación mediante citaciones— en un nuevo contexto —el crecimiento exponencial de la bibliografía científica—, y ello de una forma sistemática en una prueba piloto a gran escala, gracias a una nueva tecnología, la informática incipiente de finales de los años 50 y principios de los 60». Finalmente, Urbano ha subrayado que debe considerarse la influencia de Garfield en la gestión de la ciencia, ya que el análisis de las citas es hoy en día una aproximación estándar a la realización de las tareas de evaluación de la ciencia. En este sentido ha añadido que «Eugene Garfield ha sido el primero en denunciar el uso a menudo abusivo o equivocado de esta aproximación, en muchos casos por culpa de un empleo inadecuado del factor de impacto». Urbano ha aclarado que «los excesos de la aplicación indiscriminada y automatizada de los indicadores bibliométricos no son el resultado de la existencia misma de las bases de datos bibliográficos con datos de citación, sino de una cultura de los rankings que, mezclada con unos recursos económicos insuficientes para hacer buenas evaluaciones de personas y proyectos, acaba primando una evaluación meramente basada en el impacto de las revistas donde se publican los resultados de la investigación, y no en el valor intrínseco de cada trabajo o en los indicadores métricos de este».
La «extraña fascinación por Barcelona» de Paul Preston
En su discurso como doctor honoris causa por la Universidad de Barcelona, Paul Preston (Liverpool, Reino Unido, 1946) ha explicado cómo su trayectoria académica le ha llevado a acercarse cada vez más «a Barcelona, a Cataluña y a esta Universidad». Preston se ha remontado a la estancia que realizó, tras licenciarse en Oxford, en la Universidad de Reading, donde siguió un curso sobre la Guerra Civil española con Hugh Thomas. «Empecé a leer sin parar sobre la Guerra Civil española y me parecía más fascinante que cualquier otro período que hubiera estudiado antes», ha explicado. «Este conflicto histórico fue una caja de Pandora: me permitía estudiar el comunismo, el anarquismo, el socialismo, la francmasonería y la democracia liberal, así como a protagonistas de la talla de Stalin, Hitler, Mussolini, Trotsky, Léon Blum y Neville Chamberlain, además de una cantidad enorme de protagonistas españoles», ha continuado.
Preston ha explicado sus estancias y experiencias en España, también durante el período de la dictadura franquista. Como historiador especialista en la historia contemporánea española, ha dicho sobre el Gobierno de la Segunda República: «La simpatía que sentía por aquel Gobierno democrático fue creciendo a medida que avanzaba la investigación sobre la injusticia social en España e iba viendo cómo la gente corriente había soportado las increíbles crueldades de la guerra para defender un sistema democrático que tanto había hecho por los derechos de las mujeres, la educación y el bienestar social. En realidad, viniendo de un barrio obrero de Liverpool, lo lógico y coherente era mostrarme contrario al fascismo». Preston se ha definido como historiador social, pero a la vez ha admitido que «mi verdadera vocación —si es que es esta la palabra— es la de biógrafo».
El historiador ha hablado de su relación con Barcelona, por la que siempre ha sentido «una extraña fascinación». «Para mí, Barcelona es una mezcla curiosa: por un lado, oposición antifranquista, fútbol y clase trabajadora militante; por otro, estilo y civilización». También ha repasado sus vínculos con historiadores catalanes, y ha hecho referencia a su toma de posición ante cuestiones polémicas, como su opinión favorable al retorno a Cataluña de los llamados papeles de Salamanca.
El catedrático Joan Villarroya ha explicado en su laudatio que Preston abraza en su obra la totalidad de los temas más relevantes y debatidos de la historia española del siglo XX y ha destacado su pensamiento crítico y su lucha por la libertad. Villarroya se ha remontado a los orígenes de Preston en una familia humilde de Liverpool para repasar su trayectoria académica y sus principales obras. También ha mencionado la relación de Preston con los historiadores catalanes y ha destacado que el Centro de Estudios Históricos Internacionales de la Universidad de Barcelona, con la colaboración del CRAI, gestionó el traslado del importante fondo documental de Preston al monasterio de Poblet. Villarroya ha finalizado la intervención diciendo que Preston se ha vinculado a Cataluña «como ciudadano libre y comprometido». «Ha defendido nuestra lengua y cultura, ha defendido el retorno de nuestros papeles y ha defendido nuestro derecho como pueblo a decidir. Lo ha hecho sin pensar en las consecuencias, lo ha hecho simplemente porque, repito, como ciudadano e historiador comprometido, lo tenía que hacer», ha remachado.
Desde 1991, Paul Preston es catedrático de Historia Internacional en la Escuela de Economía de Londres (LSE), donde dirige el Centro Cañada Blanch de Estudios de la España Contemporánea. Además de su labor investigadora, es reconocido por su espíritu crítico y por la defensa de las libertades. Es autor de numerosas publicaciones, entre las que destacan Franco. «Caudillo de España», El holocausto español. Odio y exterminio durante la Guerra Civil y después, o La Guerra Civil española: reacción, revolución y venganza.
Como él mismo ha admitido durante el discurso, siempre le han interesado los protagonistas de la historia, tal como ha reflejado en los libros Juan Carlos. El rey de un pueblo, o El zorro rojo: la vida de Santiago Carrillo. También se ha acercado a los personajes de manera colectiva, como en las biografías que aparecen en Las tres Españas del 36, Palomas de guerra o Idealistas bajo las balas. Igualmente, cabe mencionar los trabajos The coming of the Spanish Civil War: reform, reaction and revolution in the Second Republic, 1931-36; Spain, the EEC and NATO; The triumph of democracy in Spain; The politics of revenge. Fascism and the military in twentieth-century Spain, y Comrades! Portraits of the Spanish Civil War.
Es miembro de la Real Sociedad de Historia (RHS) desde 1982. En 1986, Juan Carlos I le concedió la encomienda de la Orden del Mérito Civil por sus servicios a España. Asimismo, pertenece a la Academia Británica desde 1994, y al Instituto de Estudios Internacionales de California desde 1996. También es miembro de la Academia Europea de Yuste desde 2006. En 2000, fue nombrado comendador de la Orden del Imperio Británico, y en 2007, caballero de la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica.
Preston tiene también fuertes lazos con Cataluña. Es miembro del Instituto de Estudios Catalanes desde el año 2008; en 2005, la Generalitat le otorgó el Premio Internacional Ramon Llull por sus contribuciones historiográficas sobre nuestro pasado. Asimismo, en 2006, fue distinguido con el Premio Ramon Trias Fargas por el libro Idealistas bajo las balas, y en 2011, ganó el Premio de Historia Santiago Sobrequés por El holocausto español. En el año 2012 le otorgaron el Premio Pompeu Fabra en la categoría de proyección y difusión de la lengua catalana. En 2015 fue nombrado doctor honoris causa, primero por la Universidad Rovira i Virgili y, posteriormente, por la Universidad de Valencia.