El catedrático Jordi Alberch i Vié ingresa en la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona como académico electo

Presidieron la sesión institucional el presidente de la RACAB, Jordi Isern, y el rector de la UB, Joan Guàrdia, que destacó la importante labor de la RACAB y el reconocimiento que hace de los valores científicos hacia otras instituciones académicas como la UB.

Jordi Alberch, catedrático del Departamento de Biomedicina, ha centrado su trayectoria investigadora en el estudio de la fisiopatología y el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas, en especial de la enfermedad de Huntington, una actividad que ha llevado a cabo principalmente en la UB y en otros centros de investigación de Estados Unidos y de Europa. Además, fue vicerrector de Investigación, Innovación y Transferencia de la UB de 2008 a 2016 y rector en funciones en 2016.

Alberch es jefe de grupos de investigación en el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y en el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERNED), y fue presidente de la Sociedad Española de Neurociencias (SENC) entre 2013 y 2015. Desde 2017 es director del UBneuro, una institución que ha sido distinguida dos veces con el reconocimiento como Unidad de Excelencia María de Maeztu por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Aparte de dirigir diversos proyectos científicos y tesis doctorales, ha publicado más de 185 artículos científicos en revistas de gran prestigio internacional como Nature Medicine, Nature Neuroscience, Nature Communications y Brain, entre otras.

El nuevo académico, que hizo referencia a la figura científica de la catedrática Mercè Durfort —fallecida en 2022— entre otros expertos, centró su discurso de ingreso en cómo el proceso de la evolución y el desarrollo (Evo-Devo) nos ha llevado a desarrollar el cerebro humano con una gran complejidad y unas considerables capacidades cognitivas, pero, al mismo tiempo, con una elevada fragilidad (Evo-Devo-Patho). En concreto, en el cerebro humano se produjo una gran hipertrofia en un periodo evolutivo muy corto. Este crecimiento no fue proporcional en todas las regiones cerebrales por igual, sino que el neocórtex fue la parte que más creció en la formación de surcos y circunvoluciones.

Los cambios en los patrones de desarrollo fueron muy relevantes para crear esta singular estructura con unas funciones cognitivas extraordinarias. Ahora bien, para poder conseguirlo hemos tenido que renunciar a algunos mecanismos neuroprotectores y reparadores. Así, el catedrático Alberch vincula la fisiopatología de algunas enfermedades neurodegenerativas —por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson o la corea de Huntington— con los cambios evolutivos que potenciaron este crecimiento desmedido del cerebro humano. Por tanto, tenemos un cerebro único con unas patologías únicas.