La ciencia se propaga en la escuela
Noticia
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Académico
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Divulgación
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Igualdad
(05/02/2024)
La profesora de la Facultad de Física de la Universidad de Barcelona, Sònia Estradé, está habituada a visitar escuelas en el marco de las actividades de divulgación de la UB. La maestra Maria Neira ha vivido casos exitosos de difusión de la ciencia dentro de las clases de primaria, a menudo con la ayuda de la Universidad. Con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, ambas hablan de cómo acercar la ciencia a los niños y, en particular, a las niñas, con ejemplos concretos del centro donde trabaja Neira, en la escuela La Pau de Barcelona.
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Igualdad
05/02/2024
La profesora de la Facultad de Física de la Universidad de Barcelona, Sònia Estradé, está habituada a visitar escuelas en el marco de las actividades de divulgación de la UB. La maestra Maria Neira ha vivido casos exitosos de difusión de la ciencia dentro de las clases de primaria, a menudo con la ayuda de la Universidad. Con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, ambas hablan de cómo acercar la ciencia a los niños y, en particular, a las niñas, con ejemplos concretos del centro donde trabaja Neira, en la escuela La Pau de Barcelona.
«En la educación es importante enseñar que la ciencia se aprende desde la razón y la emoción, la formulación de preguntas y la búsqueda de respuestas, la aplicación de la lógica, creatividad e imaginación, el trabajo individual y en equipo». Así lo afirma Genina Calafell, profesora de Didáctica de Ciencias Experimentales de la UB. También apunta la importancia de «conectar la ciencia con la vida cotidiana del niño» para transmitirle este interés por la ciencia. Sin embargo, en el caso de las niñas hay un problema de «cultura identitaria» a la hora de alcanzar este objetivo. «Por ejemplo, en los libros de texto o en el material educativo todavía hay pocas mujeres científicas y, por tanto, las niñas y las jóvenes no tienen referentes; muchos contextos de enseñanza y aprendizaje de las ciencias todavía están muy masculinizados y de una cultura muy homogénea. Serían necesarios contextos más diversos en los cuales se atrape el interés por la ciencia desde la pluralidad indentitariaidentitaria de niñas y niños», manifiesta Calafell. Es sobre todas estas cuestiones que Estradé y Neira reflexionan.
Niños, niñas y ciencia
Sònia: Cuando vas a un colegio a hacer divulgación, ves que, haciacon los seis o siete años, los niños y las niñas ya tienen todos los estereotipos de género interiorizados. En una clase ves que las niñas son más obedientes, se portan mejor porque es un mandato de género. Los niños tienen una mayor ocupación del espacio público; ocupan más espacio y hablan más fuerte. Para la socialización se les permite hacerlo.
Maria: En la escuela he visto esta realidad que menciona Sònia, este punto de partida, pero también he visto otro punto final. Nosotros llevamos a cabo el proyecto de montar un laboratorio en la escuela y, al final de este proyecto, las niñas se visualizaban a ellas mismas como científicas, muchas tenían en su mente llegar a ser investigadoras. Además, poco después desde la Comisión Memoria y Género se nos pidió que pusiéramos el nombre a una plazoleta que hay al lado de la escuela. Y tanto niños como niñas, que habían realizado una salida al CosmoCaixa, y concretamente una actividad sobre mujeres y ciencia, dijeron: «Queremos que sea una de las científicas que vimos en el museo». Ahora es la plaza de Rosalind Franklin.
Referentes
Maria: Yo tenía muy claro que quería que viniesen científicas a nuestro centro, porque necesitamos referentes femeninos en el ámbito de la ciencia. Hablamos con La UB Divulga y vino la investigadora de la Facultad de Biología, Alba Ortega Gascó. De hecho, Alba despertó tanta curiosidad entre el alumnado que, a partir de aquí, empezó el proyecto que os decía antes de crear un laboratorio. Para tirarlo adelante, hablamos con La UB Divulga y nos pusieron en contacto con el profesor de Química de la UB, Josep Maria Fernández Novell, decano del Colegio de Químicos de Cataluña. Ahora el laboratorio lleva su nombre.
Sònia: Como investigadora, cuando vas a una escuela de primaria, los niños y niñas quieren saber quién eres, quieren saber mucho de ti. Es muy importante que vean que no eres una persona súper diferente. Eres alguien que se podrían encontrar en su vida cotidiana y que trabaja de científica, que es una tarea muy divertida. También es importante que vean que hay todo tipo de mujeres haciendo ciencia: más jóvenes, más mayores, algunas que provienen de otros lugares… Querría señalar, no obstante, que no solo es cuestión de introducir más mujeres en la ciencia, más vocaciones, sino de hacer una mejor ciencia. Actualmente, el sistema es acogedor, no está bien montado para que haya mujeres científicas.
Niños, niñas y ciencia
Sònia: Cuando vas a un colegio a hacer divulgación, ves que, haciacon los seis o siete años, los niños y las niñas ya tienen todos los estereotipos de género interiorizados. En una clase ves que las niñas son más obedientes, se portan mejor porque es un mandato de género. Los niños tienen una mayor ocupación del espacio público; ocupan más espacio y hablan más fuerte. Para la socialización se les permite hacerlo.
Maria: En la escuela he visto esta realidad que menciona Sònia, este punto de partida, pero también he visto otro punto final. Nosotros llevamos a cabo el proyecto de montar un laboratorio en la escuela y, al final de este proyecto, las niñas se visualizaban a ellas mismas como científicas, muchas tenían en su mente llegar a ser investigadoras. Además, poco después desde la Comisión Memoria y Género se nos pidió que pusiéramos el nombre a una plazoleta que hay al lado de la escuela. Y tanto niños como niñas, que habían realizado una salida al CosmoCaixa, y concretamente una actividad sobre mujeres y ciencia, dijeron: «Queremos que sea una de las científicas que vimos en el museo». Ahora es la plaza de Rosalind Franklin.
Referentes
Maria: Yo tenía muy claro que quería que viniesen científicas a nuestro centro, porque necesitamos referentes femeninos en el ámbito de la ciencia. Hablamos con La UB Divulga y vino la investigadora de la Facultad de Biología, Alba Ortega Gascó. De hecho, Alba despertó tanta curiosidad entre el alumnado que, a partir de aquí, empezó el proyecto que os decía antes de crear un laboratorio. Para tirarlo adelante, hablamos con La UB Divulga y nos pusieron en contacto con el profesor de Química de la UB, Josep Maria Fernández Novell, decano del Colegio de Químicos de Cataluña. Ahora el laboratorio lleva su nombre.
Sònia: Como investigadora, cuando vas a una escuela de primaria, los niños y niñas quieren saber quién eres, quieren saber mucho de ti. Es muy importante que vean que no eres una persona súper diferente. Eres alguien que se podrían encontrar en su vida cotidiana y que trabaja de científica, que es una tarea muy divertida. También es importante que vean que hay todo tipo de mujeres haciendo ciencia: más jóvenes, más mayores, algunas que provienen de otros lugares… Querría señalar, no obstante, que no solo es cuestión de introducir más mujeres en la ciencia, más vocaciones, sino de hacer una mejor ciencia. Actualmente, el sistema es acogedor, no está bien montado para que haya mujeres científicas.
«Querría señalar, no obstante, que no solo es cuestión de introducir más mujeres en la ciencia, más vocaciones, sino de hacer una mejor ciencia».
Explicar ciencias desde la escuela
Sònia: Hay que subrayar la importancia de la educación pública. Vuestra escuela es un ejemplo espectacular, Maria. Es importante que todo el mundo se haga suya la ciencia, que todos puedan ver un diagrama sobre el sistema solar y saber si eso es una foto o un diagrama. Este nivel de comprensión y relación con la ciencia creo que es muy importante para toda la sociedad. Después, quien quiera, que haga ciencia, que es una cosa muy divertida. El mensaje que se debe transmitir es que la ciencia consiste en descubrir cosas, en jugar con juguetes caros. Al final, es descubrir cosas y jugar, y esto es fácil de explicar a los niños y niñas.
Maria: Hay tantas estrategias que puedes usar para trasladar la ciencia a los niños y niñas… La creación del laboratorio que os explicaba es un ejemplo de cómo podemos transformar la mirada y las inquietudes de los niños y las niñas hacia la ciencia.
Tenemos una frase en la escuela: para educar a un infante se necesita toda una tribu. Y nosotras hemos tenido toda una tribu. Hemos tenido científicas, científicos, personas que han dado batas, un científico que ha ayudado a montar el laboratorio…
Sònia: ¿Podría formar parte de vuestra tribu?
Maria: ¡Por supuesto!
Sònia: Hay que subrayar la importancia de la educación pública. Vuestra escuela es un ejemplo espectacular, Maria. Es importante que todo el mundo se haga suya la ciencia, que todos puedan ver un diagrama sobre el sistema solar y saber si eso es una foto o un diagrama. Este nivel de comprensión y relación con la ciencia creo que es muy importante para toda la sociedad. Después, quien quiera, que haga ciencia, que es una cosa muy divertida. El mensaje que se debe transmitir es que la ciencia consiste en descubrir cosas, en jugar con juguetes caros. Al final, es descubrir cosas y jugar, y esto es fácil de explicar a los niños y niñas.
Maria: Hay tantas estrategias que puedes usar para trasladar la ciencia a los niños y niñas… La creación del laboratorio que os explicaba es un ejemplo de cómo podemos transformar la mirada y las inquietudes de los niños y las niñas hacia la ciencia.
Tenemos una frase en la escuela: para educar a un infante se necesita toda una tribu. Y nosotras hemos tenido toda una tribu. Hemos tenido científicas, científicos, personas que han dado batas, un científico que ha ayudado a montar el laboratorio…
Sònia: ¿Podría formar parte de vuestra tribu?
Maria: ¡Por supuesto!