La ciencia se contagia

Reportaje | Institucional
(08/02/2023)

«Ver que hay mujeres científicas a tu alrededor, quizás en la familia o en la vecindad, y conocerlas de cerca, es una forma de visualizar que no hay una barrera de género; que la ciencia es accesible a todo el mundo que le guste, y que podemos disfrutar mucho». Así lo afirma la delegada del rector para la divulgación científica, Gemma Marfany.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que la Universidad de Barcelona conmemora con numerosas actividades, hemos hablado sobre estas cuestiones con dos mujeres que viven y comparten la investigación en su ámbito más cercano: en familia. Son la catedrática de Bioquímica y Biología Molecular e investigadora del Instituto de Biomedicina de la UB Marta Giralt, que hace muchos años que trabaja en metabolismo energético y el funcionamiento del tejido adiposo, y su hija Palmira Llorens, estudiante del programa de doctorado en Genética de la UB, que investiga los procesos que regulan la regeneración de los tejidos de los órganos.

Reportaje | Institucional
08/02/2023

«Ver que hay mujeres científicas a tu alrededor, quizás en la familia o en la vecindad, y conocerlas de cerca, es una forma de visualizar que no hay una barrera de género; que la ciencia es accesible a todo el mundo que le guste, y que podemos disfrutar mucho». Así lo afirma la delegada del rector para la divulgación científica, Gemma Marfany.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que la Universidad de Barcelona conmemora con numerosas actividades, hemos hablado sobre estas cuestiones con dos mujeres que viven y comparten la investigación en su ámbito más cercano: en familia. Son la catedrática de Bioquímica y Biología Molecular e investigadora del Instituto de Biomedicina de la UB Marta Giralt, que hace muchos años que trabaja en metabolismo energético y el funcionamiento del tejido adiposo, y su hija Palmira Llorens, estudiante del programa de doctorado en Genética de la UB, que investiga los procesos que regulan la regeneración de los tejidos de los órganos.

Ciencia dentro y fuera de la familia

Marta Giralt: Recuerdo a mi abuela como una persona fuerte, que siempre me decía que lo que debía hacer una mujer es estudiar. Y es lo que ella hizo. Estamos hablando de una persona que estudió durante la República. Este afán de estudiar lo vi también en mi madre, que también estudió Farmacia como mi abuela. En mi caso, yo decidí que quería dedicarme a la investigación. Quería saber el porqué de las cosas.

Cuando estudiaba en la Facultad de Biología, la mayoría de profesorado eran hombres, pero ya había algún referente de mujer muy relevante. Me acuerdo mucho de las clases de genética de Roser González, la implicación que desprendía, y de como nos motivaba a todos: la recuerdo dando clases embarazada. También cabe destacar el mentoraje histórico de Mercè Dufort en esta facultad.

Palmira Llorens: Siempre he visto a mi madre muy contenta y orgullosa de lo que hace. Para ella, trabajar no solo es una obligación para traer el dinero a casa, sino que realmente disfruta lo que hace. Por otro lado, en sexto de primaria nos enseñaron los cromosomas y llegué a casa entusiasmada. Mas allá de lo que me podían explicar en casa, en el colegio también lo viví intensamente. Recuerdo una charla en clase sobre células madre que me pareció fascinante. Es cierto que todas las dudas que he tenido las he podido preguntar a mi madre, y eso hace que te motives más. No creo que esto me haya determinado, pero sí que me ha ayudado.

Durante la carrera sí tuve muchas profesoras. De hecho, a mi directora de tesis, Montserrat Corominas, la tengo muy presente como profesora, porque nos impartió biología del cáncer. Pero lo que más me gustó de ella, desde un principio, en lugar de dar una clase con un Power Point y hacernos memorizar la información, era una persona que nos hacía pensar. Siempre nos obligaba a dar un paso más. Ahora que lo pienso, las profesoras nos animaban más a pensar e ir un poco más allá. No estaban tan obsesionadas en hacernos memorizar las cosas, como otros profesores.

Dificultades y apoyo

Marta Giralt: Hay un compañero que dice que «nuestra faena es como ir en bicicleta, si paras de pedalear te caes». Disponemos de menos medios que en otros muchos países europeos, y todo es muy competitivo. A los científicos se evalúa mucho según nuestra productividad, y la etapa de la maternidad lo hace muy difícil. Tú te consolidas como científica, pero tienes a tu familia y tienes que conciliarlo todo. Siempre tienes esa sensación de culpabilidad, de no llegar a todo, de no poder ir cada día a buscar a tus hijos a la escuela, ser la madre que no hace el pastel de cumpleaños porque no tiene tiempo… Aunque en casa, como en el caso de otros compañeros, no creo que puedan decir que existía mucha diferencia en el día a día de la gestión doméstica entre mi marido y yo. Esto ayuda muchísimo, pero no necesariamente todo el mundo tiene esa facilidad y este entorno con tanto apoyo. Creo que es el momento en que una cantidad considerable de personas abandonan. Mayoritariamente son mujeres, pero veo que también hay hombres que dicen que la presión se hace un poco demasiado.

Palmira Llorens: Cuando empecé el doctorado me formó una postdoc, Paula Climent. Creo que tanto a ella como a mí nos gustaba muchísimo trabajar juntas y nos dividíamos el trabajo y así avanzábamos más. Es un modelo que con ella funcionó perfectamente, pero con otros compañeros de laboratorio no pasa tanto. Desde que Paula se fue del grupo, estoy rodeada de hombres, y no se trabaja igual. Me sabe mal, porque son muy amigos míos, pero la colaboración y la sororidad, si quieres llamarle así, no existe con los hombres.

A veces tienes la sensación de que cuando hay poder, hay un hombre; cuando hay trabajo por hacer, hay una mujer.
Marta Giralt: El entorno sigue siendo masculino en algunas cosas. A veces tienes la sensación de que cuando hay poder, hay un hombre; cuando hay trabajo por hacer, hay una mujer. Yo siempre reflexiono bastante sobre que, en proyectos científicos, la mujer no «se vende» tanto. Por lo general el hombre es mucho más atrevido cuando te vende un proyecto. Creo que las mujeres analizamos las cosas y somos mucho más prudentes. Eres mucho más consciente de qué debilidades tiene el proyecto, te sitúas mucho más en un contexto, evalúas mucho más lo que están haciendo otros laboratorios… El hombre no se plantea todo esto. Por esta razón, normalmente, para otorgar premios o por becas, por lo que sea, te quedas con la sensación de que el proyecto del hombre es mucho más sólido. Y esto en ciencia es fundamental. Esto a veces se traslada a la facultad y a la docencia. Hay estudios que revelan que si unos mismos apuntes, idénticos, los presenta un profesor, los alumnos lo valoran mucho más que si los presenta una profesora.

El futuro

Marta Giralt: Hay que pensar en positivo. Ahora, en Biología, tenemos una decana, yo soy directora de departamento… Y, como decía Palmira, creo que hay mucha sororidad entre las mujeres. Hay que cambiar la forma de hacer las cosas e intentar trabajar en positivo. Por ejemplo, no convocar las reuniones a las ocho de la mañana para que la gente pueda llevar a los niños a la escuela.

Por otra parte, aquí toda la carrera científica gira entorno a ser el investigador principal. Y si no eres el investigador principal, parece que no tienen que estabilizar tu puesto, no te tienen que dar una plaza. La ciencia debería estar basada en equipos de investigación. Hay gente muy buena, muy bien formada, que está en el laboratorio, pero a ese colectivo no se le reconoce.

Palmira Llorens: «Es complicado. A medida que voy haciendo el doctorado me doy cuenta de que realmente me apasiona la investigación, me gusta leer artículos y llevar un proyecto, me gusta que cada día sea diferente… Por otra parte, es muy duro. De entre todas mis amigas soy, con mucha diferencia, la peor pagada, pero soy la que más se ha formado. A mi alrededor, en el departamento, hay chicas que están haciendo el postdoc, mujeres que gestionan la maternidad… y veo que realmente lo pasan mal. Esa competición constante, ese sobrevivir, que no es vivir, es complicado. Yo esto no lo quiero. Quiero hacer ese trabajo porque me gusta, pero en unas condiciones buenas y normales».

La UB trabaja para que cada vez las mujeres tengan menos dificultades añadidas al emprender una carrera investigadora. En el marco del III Plan de igualdad, «hay varias iniciativas para poner de relieve la figura de mujeres científicas; se otorga, por ejemplo, los Premios Rosalind Franklin al mejor trabajo final de máster con perspectiva género y se impulsa a que en la bibliografía de los planes docentes figuren autoras de referencia», explica la vicerrectora de Igualdad y Género Montserrat Puig. Como cada año, esta página web recoge todo un abanico de actividades organizadas con motivo del día internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra el 11 de febrero.