Nunca más invisibilizadas

La igualdad en la Universidad de Barcelona, en cifras. Datos del curso 2019-2020.
La igualdad en la Universidad de Barcelona, en cifras. Datos del curso 2019-2020.
Reportaje | Igualdad
(08/03/2022)
En 1975 las Naciones Unidas declararon el 8 de marzo Día Internacional de la Mujer. Su origen se remonta a las protestas de las obreras del textil estadounidenses de finales del siglo XIX y principios del XX para reivindicar sus derechos laborales. El día rememora, en concreto, el incendio en una de las fábricas, en el que murieron más de cien trabajadoras. Nacía así la efeméride del 8-M, en la que recordamos a esas y otras mujeres que lucharon y luchan por alcanzar la igualdad real y efectiva.
La igualdad en la Universidad de Barcelona, en cifras. Datos del curso 2019-2020.
La igualdad en la Universidad de Barcelona, en cifras. Datos del curso 2019-2020.
Reportaje | Igualdad
08/03/2022
En 1975 las Naciones Unidas declararon el 8 de marzo Día Internacional de la Mujer. Su origen se remonta a las protestas de las obreras del textil estadounidenses de finales del siglo XIX y principios del XX para reivindicar sus derechos laborales. El día rememora, en concreto, el incendio en una de las fábricas, en el que murieron más de cien trabajadoras. Nacía así la efeméride del 8-M, en la que recordamos a esas y otras mujeres que lucharon y luchan por alcanzar la igualdad real y efectiva.

El 8-M es el símbolo de una historia de siglos en lucha. Nos hace tomar conciencia de la necesidad de liderar acciones firmes y decididas por la igualdad de género. Porque sí, es verdad que se han conseguido metas importantes, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Sin ir más lejos, en la universidad, 111 años después del acceso de las mujeres a los estudios universitarios, su presencia en las aulas es, hoy en día, mayoritaria. Pero no es así en el caso de las carreras de las áreas CTIM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), que siguen siendo un terreno preeminentemente masculino. En la UB, las mujeres están infrarrepresentadas en grados como Ingeniería Informática (14,8 %), Ingeniería de Materiales (25 %) o Física (30,4 %).

La presencia de la mujer en las ciencias sigue siendo una asignatura pendiente para la sociedad. Solo el 30 % de los investigadores del mundo son mujeres. En España, menos del 20 % de los puestos directivos en la carrera científica están ocupados por investigadoras. Hablamos sobre cómo revertir esta situación con cuatro mujeres de la comunidad UB dedicadas a la ciencia: dos profesoras y dos alumnas.

La matemática y catedrática emérita de la UB Pilar Bayer todavía recuerda su primer día en las aulas de la Facultad de Matemáticas (corría el año 1964): «Fui la primera chica en llegar, después llegó otra mujer, monja y, poco a poco, el resto de estudiantes. Durante todos los estudios de licenciatura y doctorado, solo tuve una profesora: Assumpció Català, como ayudante de prácticas de astronomía en el segundo curso de carrera». Unos años más tarde, en 1975, Pilar Bayer, junto con la que había sido su profesora en el instituto, Griselda Pascual, se convertirían en las primeras mujeres que se doctoraban en Matemáticas en la UB (cuatro años antes, se había doctorado la propia Assumpció Català, con una tesis de astronomía, en la misma Facultad de Ciencias).

Una experiencia similar es la que vivió la química y profesora emérita de la UB Gemma Rauret. Explica que, cuando entró en la Universidad —al inicio de la década de los 60—, el número de alumnas de Ciencias Químicas era bajo (20 %). «Cuando estudiaba, no había ninguna mujer que fuera catedrática o profesora adjunta. El ambiente en las cátedras era bastante patriarcal. En la Facultad de Química de la UB, no habrá ninguna profesora agregada numeraria hasta 1976, ni ninguna catedrática hasta 1984. Tuve la suerte de ser yo quien ganó esas plazas», recuerda.

Ares Sanuy: «Ahora, todavía más, hay que poner la vida y la ciencia en el centro. Las mujeres somos igual de válidas para ocupar los espacios de investigación»

Pioneras en la investigación realizada por mujeres

Pilar Bayer y Gemma Rauret fueron pioneras y abrieron camino a las mujeres que vendrían después. Ambas tienen una trayectoria académica y profesional como pocas. Bayer es fundadora del Seminario de Teoría de Números de Barcelona, escuela que es un referente en el mundo de la investigación en matemáticas. Ha impartido conferencias en universidades de todo el mundo y ha sido investigadora principal de numerosos proyectos de investigación. Es académica de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y miembro del Instituto de Estudios Catalanes. En 1998 recibió la Medalla Narcís Monturiol al mérito científico y tecnológico de la Generalitat de Cataluña.

Gemma Rauret también fue galardonada con la Medalla Narcís Monturiol en 1992. Ha desarrollado su carrera académica en la UB, donde fue decana de la Facultad de Química y secretaria general, entre otros cargos. Ha participado en diversos proyectos de investigación internacionales, a menudo como coordinadora. En 1998 fue nombrada directora de la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña (AQU), entonces recién creada. Posteriormente, de 2006 a 2009, estuvo al frente de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA).

Ambas reconocen que se han encontrado con dificultades en sus carreras profesionales por el hecho de ser mujeres. «Los hombres parten con ciertas ventajas: son más en número y llevan muchos más años que nosotros trabajando en el campo de la ciencia (en pocas palabras: juegan en campo propio)», afirma Bayer. Y continúa: «Quizás la dificultad principal a la que he tenido que hacer frente ha sido la organización del tiempo. No hablaría tanto de renunciar a hacer cosas, sino más bien de cambios de rumbo en determinados momentos».

Para Rauret, la mayor dificultad ha sido encontrar el equilibrio entre lo personal y lo profesional. «Siempre he trabajado con un equipo de personas con mentalidad abierta y he formado una familia que me ha ayudado y reconocido. Eso no quiere decir que socialmente no te sintieras obligada, como mujer, a llegar a llenar también un espacio doméstico más demandante que para el hombre. Y eso requería hacer más esfuerzo». En ese sentido, manifiesta: «Es importante ir avanzando sin que el sentimiento de pérdida te impida disfrutar de lo que has elegido para ir hacia delante. La actitud es fundamental».

Las dos profesoras aseguran que, con el paso de los años, se ha avanzado mucho. «La mujer ha aprendido a tener conciencia de ella misma. Y gracias al trabajo constante en las últimas décadas, los hombres han comenzado a darse cuenta de que existimos», afirma Bayer. Rauret va más allá y apunta: «El avance en la presencia de la mujer en cargos de responsabilidad es lento. Tendremos que esperar unos cuantos años más para dar el salto definitivo». Y lanza esta reflexión: «La evolución del papel de la mujer en la ciencia debe ir de la mano de la evolución de la mujer en la sociedad en general. Además de las acciones personales, se necesitan acciones colectivas».

«Hay que cambiar la educación, tanto en la escuela como en la universidad»

«A las mujeres científicas, la falta de referentes nos hace cuestionarnos si realmente somos válidas para dedicarnos a la ciencia o la investigación», sentencia Ares Sanuy, estudiante de cuarto de Física. «La única científica que recuerde que me explicaron en el instituto es Marie Curie. Y eso tampoco ha cambiado mucho durante la carrera. La mayoría de los teoremas o descubrimientos tienen nombre de hombre, cuando eso es obviar a muchas mujeres, como Ada Lovelace, matemática y programadora, o Henrietta Swan Leavitt, astrónoma», explica. Ares tiene claro que hay que cambiar la educación: «Las mujeres también somos parte de la historia y parte de la ciencia, y eso hay que reivindicarlo a través de la educación, tanto en las escuelas como en las universidades».

Estíbaliz Martínez estudia cuarto de Ingeniería Informática, con mención en Matemáticas. Sueña con desarrollar su carrera en Japón, en el ámbito de la ciencia de datos. Es consciente de las dificultades que deberá afrontar en un gremio tan masculinizado como la informática: «Al tratarse de un campo liderado por el sexo opuesto, lo primero que se visualiza de una mujer es justamente eso, su identidad como mujer, y no sus conocimientos o facultades. Los hombres no se encuentran con esa barrera».

En la misma línea, Ares señala que vivimos en un sistema patriarcal «en el que las mujeres tenemos que esforzarnos mucho más para que se reconozca nuestro trabajo y en el que se cuestionan constantemente nuestras capacidades y conocimientos». Y continúa: «La brecha salarial, la precariedad y el desempleo femenino son la realidad con la que nos enfrentamos las mujeres».

Pese a los obstáculos con los que puedan encontrarse en el paso al mundo laboral, las dos están firmemente convencidas de su elección y animan a otras jóvenes a estudiar ciencias. «No será fácil, serán muchas horas de estudio y de sufrimiento. Pero valdrá la pena», afirma Ares. Y Estíbaliz añade: «No abandones, aunque el entorno no siempre sea el mejor. Hay compañeros que se pasan de graciosos y hacen comentarios o tienen comportamientos sexistas, pero que eso no os limite nunca. Enfrentaos a ello siempre que sea algo con lo que podáis lidiar y, si no, denunciad públicamente todo lo que os desagrade. Lo más importante es siempre, en cualquier ámbito de la vida, conseguir vuestro objetivo».

El 11 de febrero de 2016, la directora general de la UNESCO, Irina Bokova, manifestaba: «El mundo necesita la ciencia y la ciencia necesita a las mujeres». Una afirmación que cobra aún más sentido en una situación de pandemia mundial como la actual. «Ahora, todavía más, hay que poner la vida y la ciencia en el centro. Las mujeres somos igual de válidas para ocupar los espacios de investigación», declara Ares. «Tenemos que estar todas, nunca más invisibilizadas», concluye.

El 8-M en la UB

La Universidad de Barcelona, ​​a través de la Unidad de Igualdad, y con el impulso de los vicerrectorados de Igualdad y Género y de Patrimonio y Actividades Culturales, se adhiere, un año más, a la efeméride del 8-M. Lo hace con una amplia programación de actos en los campus —este año, de carácter virtual debido a la pandemia—, que se desarrollarán hasta el 17 de marzo. Las actividades, organizadas por las comisiones de igualdad de las diferentes facultades, tienen el objetivo de concienciar a la comunidad universitaria de la importancia de lograr la igualdad de género. Es posible consultar el programa completo de actividades aquí.

En el podcast siguiente, Gemma Rauret, exdecana de la Facultad de Química, y Ares Sanuy, alumna de cuarto curso del grado de Física, conversan sobre las dificultades que las mujeres han tenido y tienen todavía a la hora de hacerse valer en ámbitos tradicionalmente masculinos.