Durante los últimos cien años, la creciente presión humana sobre los ecosistemas ha supuesto una crisis de biodiversidad en todo el mundo que ha afectado gravemente a algunos grupos de fauna, como el de los grandes carnívoros. En este contexto competitivo, la norma general ha sido la desaparición de estas especies —históricamente perseguidas— de buena parte de su área de distribución original.
En el siglo XXI, adoptar modelos de coexistencia aceptables entre la actividad humana y los grandes carnívoros es una de las claves para mantener y recuperar estas especies. Así pues, para disfrutar de un futuro con grandes carnívoros se debe entender y conocer su ecología; pero también los diferentes factores sociales, económicos y políticos relacionados con su presencia en el territorio.
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