Una visita al jardín de las delicias

Comienza el ciclo de visitas botánicas que organiza La UB Divulga.
Comienza el ciclo de visitas botánicas que organiza La UB Divulga.
Investigación
(07/10/2016)

Un grupo de personas de mediana edad se da cita en la finca Pedro i Pons de la Universidad de Barcelona. La casa está ubicada en la falda de Vallvidrera y ofrece unas vistas privilegiadas de la ciudad. Pero no son las ganas de ver el skyline de Barcelona lo que les ha reunido, sino la pasión por la botánica que comparten todos ellos. Es martes, son las diez y media de la mañana, y comienza la primera sesión del ciclo de visitas botánicas que organiza La UB Divulga para acercar esta disciplina al público general.

Comienza el ciclo de visitas botánicas que organiza La UB Divulga.
Comienza el ciclo de visitas botánicas que organiza La UB Divulga.
Investigación
07/10/2016

Un grupo de personas de mediana edad se da cita en la finca Pedro i Pons de la Universidad de Barcelona. La casa está ubicada en la falda de Vallvidrera y ofrece unas vistas privilegiadas de la ciudad. Pero no son las ganas de ver el skyline de Barcelona lo que les ha reunido, sino la pasión por la botánica que comparten todos ellos. Es martes, son las diez y media de la mañana, y comienza la primera sesión del ciclo de visitas botánicas que organiza La UB Divulga para acercar esta disciplina al público general.

Conduce la sesión Ramon Maria Masalles, profesor emérito de Botánica en la Facultad de Biología y miembro del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universitat de Barcelona, que describe la distribución de la vegetación en la finca, estructurada en tres partes diferenciadas: una zona ajardinada, un antiguo huerto y un trocito de bosque. Aunque estamos ante una síntesis de toda la vegetación que podemos encontrar en Barcelona y alrededores, el Dr. Masalles pone de relieve que en el camino de entrada al recinto hay ejemplares de Carpinus betulus, originarios de Europa central y nada habituales en Cataluña. Aprovechando que la visita comienza bajo un tilo, explica las diferencias entre los árboles caducifolios y los perennifolios; da un truco para identificar un tilo mirando si en el revés de la hoja hay pelos blancos, y comenta la forma singular de su fruto, que permite que pueda desplazarse arrastrado por el viento. «Para una planta es importante tener un fruto que llegue muy lejos: así se asegura la supervivencia de la especie», destaca el experto.

Ante la mirada atenta del grupo, el profesor Masalles va de un árbol a otro y de una planta a la siguiente. El botánico pone a prueba a los visitantes y se nota que estos saben un poco, porque reconocen todas las especies. Aprovecha entonces para profundizar en temas como el sofisticado funcionamiento del crecimiento del tronco de los árboles, o para analizar las características y tipología de las plantas crasas o suculentas —propias de lugares con escasez de agua— y explicar que alguna de ellas se ha convertido en especie invasora en nuestro territorio. También repasa las particularidades de la doble nomenclatura que suele emplearse en botánica (en latín y en lengua vulgar), así como el origen del nombre latino, que se establece a veces a partir del lugar de procedencia de la planta, o en ocasiones usando el nombre del benefactor del botánico que clasificaba una planta por primera vez.

Durante el paseo, el experto también comenta la utilidad de la poda de las plantas; los diferentes sistemas de ramificación según las especies; la función que tienen las urracas como diseminadoras de los frutos; las características de las llamadas plantas parásitas, como por ejemplo el espárrago de lobo, y las diversas tipologías de plantas trepadoras y tapizantes, que se sujetan mediante ventosas, uñas de gato o raíces rígidas, entre otros sistemas.

Las anécdotas y las curiosidades también tienen cabida: sobre el fruto del almez, por ejemplo, que «tiene el tamaño exacto del orificio de un bolígrafo Bic, y ya os podéis imaginar que ha sido un juego recurrente de muchos niños y niñas». En relación con el palmito: «Hay pinturas faraónicas que muestran cómo los esclavos sacudían ramas de flores masculinas alrededor de las palmeras femeninas, para fecundarlas». Y sobre los frutos del madroño —que son comestibles—, Masalles explica que tienen una mínima cantidad de alcohol, lo que puede conllevar que en alguna ocasión, en una excursión con la escuela, por ejemplo, si un alumno lo come abundantemente llegue a marearse un poco.

Sin perder comba, los visitantes se animan a hacer preguntas: «¿A qué se debe el color amarillo que presentan a veces algunas hojas?». Y descubrimos, entonces, que las hojas que tienen pinceladas amarillentas se denominan variegadas y que esta decoloración puede producirse por dos motivos: porque la planta pierde la capacidad de producir clorofila, o porque la planta tiene una infección causada por un virus.

Colocados justo debajo de un árbol del amor o árbol de Judas, el maestro explica el origen de los dos nombres: el primero, motivado por la forma de corazón de sus hojas y el color rosa de sus flores; el segundo, porque hay quien dice que Judas se colgó de un árbol de esta especie. El lugar para poner punto y final a la visita es estratégico, porque se puede leer, escrita en la pared, una cita de Confucio: «Dios mío, dame solamente esto en la vida y me será suficiente: una casa llena de libros y un jardín lleno de flores».

Los visitantes acaban entusiasmados y con tantas ganas de repetir que preguntan cómo se pueden inscribir en una de las visitas que tendrá lugar en el jardín Ferran Soldevila del Edificio Histórico de la Universidad los días 24, 25, 26 y 27 de octubre. Además de Ramon Maria Masalles, participan como guías en esta actividad César Blanché, catedrático del Departamento de Biología y miembro del IRBio, Sanidad y Medio Ambiente, y José Manuel Blanco Moreno y Estela Illa Bachs, ambos profesores del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales (UB-IRBio).

La organización de las Visitas botánicas está a cargo de la Unidad de Cultura Científica e Innovación (UCC+i) del Área de Comunicación de la Universidad de Barcelona, con la financiación del Ministerio de Economía y Competitividad - Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.