Un estudio analiza las tormentas de la gran nevada que hubo en Cataluña en 2010

Imatge de radar meteorològic situat a Puig d’Arques (massís de les Gavarres, Baix Empordà) i de les descàrregues elèctriques atmosfèriques (marcades amb creus) durant la nevada del 8 de març de 2010 a les 13.54 h. La imatge mostra la intensitat dels ecos de la precipitació observats (reflectivitat radar) amb diversos nuclis convectius de precipitació intensa (més intensitat cap al vermell).
Imatge de radar meteorològic situat a Puig d’Arques (massís de les Gavarres, Baix Empordà) i de les descàrregues elèctriques atmosfèriques (marcades amb creus) durant la nevada del 8 de març de 2010 a les 13.54 h. La imatge mostra la intensitat dels ecos de la precipitació observats (reflectivitat radar) amb diversos nuclis convectius de precipitació intensa (més intensitat cap al vermell).
Investigación
(25/04/2013)

Un estudio que han realizado investigadores de la UB y del Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC) analiza las tormentas que se produjeron durante la gran nevada de 2010, una de las más destacables de las últimas décadas en Cataluña, tanto por la extensión como por la intensidad y los efectos que tuvo. Una de las conclusiones principales del trabajo es la constatación de que, a diferencia de lo que ocurre en las tormentas estivales, la distribución de las descargas eléctricas nube-tierra no están relacionadas necesariamente con máximos de precipitación.

 

Imatge de radar meteorològic situat a Puig d’Arques (massís de les Gavarres, Baix Empordà) i de les descàrregues elèctriques atmosfèriques (marcades amb creus) durant la nevada del 8 de març de 2010 a les 13.54 h. La imatge mostra la intensitat dels ecos de la precipitació observats (reflectivitat radar) amb diversos nuclis convectius de precipitació intensa (més intensitat cap al vermell).
Imatge de radar meteorològic situat a Puig d’Arques (massís de les Gavarres, Baix Empordà) i de les descàrregues elèctriques atmosfèriques (marcades amb creus) durant la nevada del 8 de març de 2010 a les 13.54 h. La imatge mostra la intensitat dels ecos de la precipitació observats (reflectivitat radar) amb diversos nuclis convectius de precipitació intensa (més intensitat cap al vermell).
Investigación
25/04/2013

Un estudio que han realizado investigadores de la UB y del Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC) analiza las tormentas que se produjeron durante la gran nevada de 2010, una de las más destacables de las últimas décadas en Cataluña, tanto por la extensión como por la intensidad y los efectos que tuvo. Una de las conclusiones principales del trabajo es la constatación de que, a diferencia de lo que ocurre en las tormentas estivales, la distribución de las descargas eléctricas nube-tierra no están relacionadas necesariamente con máximos de precipitación.

 

El episodio analizado tuvo lugar el 8 de marzo de 2010 y provocó el colapso de la red viaria, que quedó completamente paralizada en gran parte del territorio y obligó a suspender el transporte por carretera con Francia. Durante la nevada hubo una actividad eléctrica poco habitual para la época del año. La caída de rayos durante una nevada, que se conoce como tormenta de nieve (thundersnow), es un fenómeno de gran interés porque, tal como explica Joan Bech, investigador de la UB, «está poco documentado y nos interesa estudiarlo para comprender las diferencias que presenta con las tormentas típicas de los meses cálidos, en particular con respecto a la distribución de carga eléctrica dentro de la nube de tormenta».

En la mayor parte de las tormentas, la actividad eléctrica se concentra en las zonas con la máxima precipitación. Pero en el estudio, apunta Nicolau Pineda, investigador del SMC, «se determina que durante el episodio se produjo un número importante de rayos fuera de las zonas de máxima precipitación, que han sido asociados a efectos inducidos por torres de telecomunicaciones elevadas».

El examen detallado de las observaciones obtenidas con radares meteorológicos y de la red de detección de descargas eléctricas atmosféricas de la SMC ha permitido detectar rayos nube-tierra y descargas dentro de las nubes. Cerca de un tercio de las descargas detectadas se concentran alrededor de torres de comunicación elevadas, como por ejemplo la torre de Collserola, en Barcelona, ubicada a 447 m de altura; la torre de Puig Neulós, en la frontera con Francia y a una altura de 1.261 m, y la torre de Rocacorba, en el Pla de l'Estany, a 991 m.

«Este efecto de inducción se debe al hecho de que las tormentas invernales tienen lugar a menor altura y la distancia es lo bastante corta para que interaccionen con las torres de comunicación y favorezcan la descarga eléctrica», concluye Pineda. Esta hipótesis explicaría la aparente desconexión entre las zonas de descarga eléctrica y las de actividad convectiva, donde se concentra el máximo de precipitación.

Por otro lado, durante la tormenta se produjeron precipitaciones superiores a los 100 mm en 24 horas, con acumulaciones de nieve de más de 30 cm en cotas relativamente bajas. Tal como explica Bech, «la nevada estuvo condicionada en gran medida por la irrupción de una masa fría en altura (-30 °C a unos 5.500 m) y por el rápido desarrollo de una zona de bajas presiones, o ciclogénesis, en el mar Mediterráneo».

Asimismo, «el hecho de que la nieve fuera húmeda, combinado con vientos suaves en ciertos momentos del episodio, propició la acumulación de nieve en cables y ramas», señala el investigador. A consecuencia de esto, se produjeron daños importantes en grandes extensiones de bosque, valorados en más de veinte millones de euros. La red de transporte eléctrico, principalmente al nordeste de Cataluña, donde cayeron 33 torres eléctricas de alta tensión, también quedó afectada.

El estudio, publicado en el número de abril de 2013 de la revista Atmospheric Research, es el resultado de una colaboración entre el Servicio Meteorológico de Cataluña, perteneciente al Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña, y el Departamento de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Barcelona, y ha sido realizado por los investigadores Joan Bech, de la UB, y Nicolau Pineda, Tomeu Rigo y Montserrat Aran, de la SMC.

Artículo:
J. Bech, N. Pineda, T. Rigo y M. Aran. «Remote sensing analysis of a Mediterranean thundersnow and low-altitude heavy snowfall event». Atmospheric Research, abril de 2013. Doi :10.1016/j.atmosres.2012.06.021