Restaurado el cuadro 'El rapto de las sabinas' de la colección del Museo del Prado
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Cultura
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Institucional
(23/01/2024)
El lunes se colgó de nuevo el cuadro El rapto de las sabinas en su ubicación habitual: la sala de griego del CRAI Biblioteca de Letras de la Universidad de Barcelona, en el Edificio Histórico. La pintura, un óleo sobre lienzo de 233 × 335 cm del siglo XVII, de la escuela de Rubens, pertenece a la colección que el Museo del Prado ha cedido en depósito a la UB.
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23/01/2024
El lunes se colgó de nuevo el cuadro El rapto de las sabinas en su ubicación habitual: la sala de griego del CRAI Biblioteca de Letras de la Universidad de Barcelona, en el Edificio Histórico. La pintura, un óleo sobre lienzo de 233 × 335 cm del siglo XVII, de la escuela de Rubens, pertenece a la colección que el Museo del Prado ha cedido en depósito a la UB.
Desde el pasado mes de diciembre, el lienzo se ha sometido a pequeñas tareas de conservación: se ha limpiado la superficie y tensado el soporte, y se ha cambiado el sistema de anclaje por el que utilizan en el Museo del Prado. Han supervisado la actuación —similar a la que se llevó a cabo en 2019 y 2020 en la sala de juntas y en el despacho del rector— las restauradoras Lucía Martínez, del Museo del Prado, y Ana Ordóñez, colaboradora habitual de la UB en estas tareas.
El rapto de las sabinas es un buen ejemplo de pintura barroca: existe movimiento, una gestualidad exagerada y creación de tumulto mediante los personajes. Su filiación rubensiana es innegable; es posible que se trate de una copia de un original perdido que debía encontrarse en las colecciones regias.
El tema de la pintura evoca un episodio mitológico primordial, extensamente tratado por varios autores romanos de la antigüedad. Pero esta obra ofrece una nueva mirada. En palabras de Laura Mercader, profesora de teoría e historia del arte de la modernidad occidental en la Facultad de Geografía e Historia y en la Facultad de Bellas Artes, así como directora del Centro de Investigación de Mujeres Duoda y de la revista homónima, «las imágenes que representan la violación, no el rapto, de las mujeres sabinas, el episodio legendario utilizado por el relato histórico patriarcal como acto inaugural de la República romana, son, en realidad, conmemoraciones de la fundación del patriarcado euroasiático, fundamentado en la guerra por la propiedad de las mujeres y de los territorios». «Los príncipes florentinos y los reyes de las monarquías europeas de los siglos XVI y XVII las utilizaban como herramientas para consolidar las políticas misóginas de sus gobiernos», explica.
El Museo del Prado depositó esta obra en la UB de acuerdo con la Orden ministerial de 10 de octubre de 1983. Su procedencia debe relacionarse con la donación hecha en 1889 por María Dionisia Vives y Zires, duquesa de Pastrana. Anteriormente, la obra había sido depositada en el Palacio de Fuensalida de Toledo (1969-1970) y en el Museo de Bellas Artes de Sevilla (1970-1983).
Cabe destacar que en el Edificio Histórico existe otra pintura sobre el mismo tema, también de la colección del Museo del Prado.
El rapto de las sabinas es un buen ejemplo de pintura barroca: existe movimiento, una gestualidad exagerada y creación de tumulto mediante los personajes. Su filiación rubensiana es innegable; es posible que se trate de una copia de un original perdido que debía encontrarse en las colecciones regias.
El tema de la pintura evoca un episodio mitológico primordial, extensamente tratado por varios autores romanos de la antigüedad. Pero esta obra ofrece una nueva mirada. En palabras de Laura Mercader, profesora de teoría e historia del arte de la modernidad occidental en la Facultad de Geografía e Historia y en la Facultad de Bellas Artes, así como directora del Centro de Investigación de Mujeres Duoda y de la revista homónima, «las imágenes que representan la violación, no el rapto, de las mujeres sabinas, el episodio legendario utilizado por el relato histórico patriarcal como acto inaugural de la República romana, son, en realidad, conmemoraciones de la fundación del patriarcado euroasiático, fundamentado en la guerra por la propiedad de las mujeres y de los territorios». «Los príncipes florentinos y los reyes de las monarquías europeas de los siglos XVI y XVII las utilizaban como herramientas para consolidar las políticas misóginas de sus gobiernos», explica.
El Museo del Prado depositó esta obra en la UB de acuerdo con la Orden ministerial de 10 de octubre de 1983. Su procedencia debe relacionarse con la donación hecha en 1889 por María Dionisia Vives y Zires, duquesa de Pastrana. Anteriormente, la obra había sido depositada en el Palacio de Fuensalida de Toledo (1969-1970) y en el Museo de Bellas Artes de Sevilla (1970-1983).
Cabe destacar que en el Edificio Histórico existe otra pintura sobre el mismo tema, también de la colección del Museo del Prado.
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