Tras la pista del petrel gon-gon en la isla de Fogo
Identificar cuáles son las áreas de alimentación en el mar más importantes para la colonia de petrel gon-gon de la isla de Fogo —en el archipiélago de Cabo Verde— es el objetivo de la nueva campaña científica de un equipo que dirige el profesor Jacob González-Solís, del Departamento de Biología Animal de la UB y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio). Todas las novedades de este proyecto científico de la UB, que se lleva a cabo de febrero a mayo, pueden seguirse ahora en la sección «Aventuras científicas» de Investigación en Acción, el portal de divulgación científica de la Fundación Catalana para la Investigación y la Innovación (FCRI).
Identificar cuáles son las áreas de alimentación en el mar más importantes para la colonia de petrel gon-gon de la isla de Fogo —en el archipiélago de Cabo Verde— es el objetivo de la nueva campaña científica de un equipo que dirige el profesor Jacob González-Solís, del Departamento de Biología Animal de la UB y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio). Todas las novedades de este proyecto científico de la UB, que se lleva a cabo de febrero a mayo, pueden seguirse ahora en la sección «Aventuras científicas» de Investigación en Acción, el portal de divulgación científica de la Fundación Catalana para la Investigación y la Innovación (FCRI).
El petrel gon-gon (Pterodroma feae) es un ave oceánica que cría en acantilados, a unos 2.000 metros de altura, y se alimenta en el mar; pero nadie sabe dónde tiene sus madrigueras ni donde va a buscar la comida. Para averiguarlo, los expertos de la UB están colocando aparatos geolocalizadores (GPS) en algunos petreles de la colonia de Fogo con objeto de determinar cuáles son las áreas de alimentación de la especie y así poder contribuir a definir las áreas más importantes para los pájaros marinos en el oeste africano. El equipo, integrado por los investigadores Jacob González-Solís, Laura Zango, Adrià Compte, Marina Pastor, David Torrens y Sergi Torné, también tiene previsto capturar algunos adultos para anillarlos, medirlos y obtener algunas muestras biológicas.
Tal como explica el profesor Jacob González-Solís, «esta es la primera vez que se colocan aparatos GPS en esta especie de ave oceánica, así que cuando vuelvan los primeros animales, si todo ha ido bien, tendremos el privilegio de ser los primeros en saber dónde van estas aves a buscar su alimento». «El objetivo final —apunta González-Solís— es conseguir que estas zonas estén protegidas y que las aves puedan seguir utilizándolas sin peligro».
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