Lola Badia: «El papel de la literatura en la construcción de la identidad catalana es un discurso político que empieza con la Renaixença y que todavía es válido»

Lola Badia se doctoró en Filología Románica en 1977 bajo la dirección de Martí de Riquer.
Lola Badia se doctoró en Filología Románica en 1977 bajo la dirección de Martí de Riquer.
Entrevistas
(10/06/2013)

El 23 de mayo se presentaba en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona el primero de los ocho volúmenes de la nueva Història de la literatura catalana, dirigida por Àlex Broch y coeditada por Enciclopèdia Catalana, Editorial Barcino y el Ayuntamiento de Barcelona. Centrado en la época medieval hasta el siglo XIV, este primer volumen ha sido coordinado por la catedrática de Filología Catalana de la UB Lola Badia, y recoge las aportaciones académicas de los últimos cuarenta años que actualmente solo se pueden encontrar en una dispersión incontrolable de artículos, ediciones y monografías.

Esta es la primera historia de la literatura catalana que ha sido planificada y diseñada desde el principio como una obra colectiva y representativa del conocimiento académico que existe sobre la materia. En las diferentes etapas de la obra han participado más de sesenta historiadores e investigadores de la literatura de todas las universidades de habla catalana, dirigidos por algunos de los principales especialistas actuales.

Lola Badia se doctoró en Filología Románica en 1977 bajo la dirección de Martí de Riquer. Ganadora de una cátedra de Filología Catalana en 1983, ha ejercido en la UAB, la UdG y la UB. Es responsable de un grupo de investigación de Filología Catalana medieval, repetidamente subvencionado por el Ministerio de Educación español y la Generalitat de Cataluña. Es miembro de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona (1996), ha obtenido la Medalla Narcís Monturiol de la Generalitat (2000), ha dirigido una veintena de tesis doctorales desde 1991 y ha impartido cursos y seminarios en varias universidades de Europa y América. Sus ámbitos de investigación son la tradición lírica y la narrativa trovadoresca, la cultura literaria de los escritores catalanes de los siglos XIV y XV, las obras en vulgar de Ramon Llull, y los textos científicos medievales en romance. Con Albert Soler, director del Departamento de Filología Catalana, coordina la Base de Datos Ramon Llull de la UB. 

Lola Badia se doctoró en Filología Románica en 1977 bajo la dirección de Martí de Riquer.
Lola Badia se doctoró en Filología Románica en 1977 bajo la dirección de Martí de Riquer.
Entrevistas
10/06/2013

El 23 de mayo se presentaba en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona el primero de los ocho volúmenes de la nueva Història de la literatura catalana, dirigida por Àlex Broch y coeditada por Enciclopèdia Catalana, Editorial Barcino y el Ayuntamiento de Barcelona. Centrado en la época medieval hasta el siglo XIV, este primer volumen ha sido coordinado por la catedrática de Filología Catalana de la UB Lola Badia, y recoge las aportaciones académicas de los últimos cuarenta años que actualmente solo se pueden encontrar en una dispersión incontrolable de artículos, ediciones y monografías.

Esta es la primera historia de la literatura catalana que ha sido planificada y diseñada desde el principio como una obra colectiva y representativa del conocimiento académico que existe sobre la materia. En las diferentes etapas de la obra han participado más de sesenta historiadores e investigadores de la literatura de todas las universidades de habla catalana, dirigidos por algunos de los principales especialistas actuales.

Lola Badia se doctoró en Filología Románica en 1977 bajo la dirección de Martí de Riquer. Ganadora de una cátedra de Filología Catalana en 1983, ha ejercido en la UAB, la UdG y la UB. Es responsable de un grupo de investigación de Filología Catalana medieval, repetidamente subvencionado por el Ministerio de Educación español y la Generalitat de Cataluña. Es miembro de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona (1996), ha obtenido la Medalla Narcís Monturiol de la Generalitat (2000), ha dirigido una veintena de tesis doctorales desde 1991 y ha impartido cursos y seminarios en varias universidades de Europa y América. Sus ámbitos de investigación son la tradición lírica y la narrativa trovadoresca, la cultura literaria de los escritores catalanes de los siglos XIV y XV, las obras en vulgar de Ramon Llull, y los textos científicos medievales en romance. Con Albert Soler, director del Departamento de Filología Catalana, coordina la Base de Datos Ramon Llull de la UB. 

 

¿Qué aporta esta nueva Història de la literatura catalana respecto a las precedentes?

La historia de la literatura es un género académico que tiene sus convenciones y exigencias. La que estamos escribiendo ahora se propone estar al día en los planteamientos generales y en la atención a las últimas aportaciones de la crítica. En relación con las historias de la literatura que la han precedido en Cataluña, destaca porque no se articula a partir de las nociones de Decadència y Renaixença, sino que describe las sucesivas fases de la historia de acuerdo con las épocas literarias europeas generales: después de la Edad Media, vienen el Renacimiento, el Barroco y la Ilustración. En la segunda parte tratamos extensamente los siglos XIX y XX hasta la primera década del XXI.

 

Si los ha habido, ¿cuáles han sido los principales obstáculos que ha tenido que superar esta edición?

La gestación ha sido complicada y accidentada. Solo hay que decir que en el año 2009 nos pusimos manos a la obra con un proyecto, pensado desde Enciclòpedia Catalana, que preveía elaborar un producto de lujo profusamente ilustrado. Debía poder venderse a plazos y a gran escala: presupuesto generoso, pues, y gran despliegue de fuerzas. Escribimos el primer volumen con este empujón y, cuando lo íbamos a entregar, la crisis económica global cortó las alas de los promotores y la obra quedó congelada. Ha sido una auténtica bendición del cielo que la Fundación Carulla y el Ayuntamiento de Barcelona hayan querido entrar en la coedición de la obra cuando ya la habíamos reducido a un formato académico austero. Desde mi punto de vista hemos salido ganando; porque la letra de lo que decimos, sin las ilustraciones, adquiere un protagonismo pleno.

 

¿Qué papel tiene la época medieval en la literatura catalana? Y, a su vez, ¿qué papel tiene la literatura en la construcción de la identidad catalana?

En los siglos XIV y XV el catalán era una de las lenguas más sólidamente establecidas en la administración y la burocracia de los reyes de la Corona de Aragón, en la medida en que lo podían ser las lenguas vernáculas en la Europa de antes del Renacimiento. Es en este contexto que documentamos la producción de unos textos extensos e intelectualmente ambiciosos escritos en una prosa muy homogénea y consolidada; en manos de buenos escritores los resultados fueron excelentes, desde Ramon Llull, hasta Francesc Eiximenis, Bernat Metge, el anónimo del Curial o Joanot Martorell. Los catalanes también destacaron como poetas en occitano en los siglos XII y XIII, y en el siglo XV, cuando la lengua catalana se convirtió en vehículo expresivo, tuvimos a Ausiàs March.

El papel de la literatura en la construcción de la identidad catalana es un discurso político que empieza con la Renaixença y que todavía es válido, tal como dijo el presidente Mas el día de la presentación de la Història de la literatura de la que estamos hablando.

 

Y en el contexto de confrontación política y social actual, ¿qué relevancia puede tener una publicación como esta?

Si los políticos hacen bandera de ella, nuestra Història de la literatura puede acabar siendo un alegato a favor del independentismo que ponga muy contentos a los unos y produzca horror en los otros. Pero esta función instrumental no tiene nada que ver con la voluntad de precisión y de rigor con que trabajamos los redactores. No cometeré la ingenuidad de decir que nosotros hacemos una historia solo científica y totalmente objetiva; pero sí que procuramos no subordinar el estudio crítico de los autores, de las obras y de las corrientes estéticas a ningún programa ideológico de carácter político: digamos que nuestra ideología es hacer una historia de la literatura que esté de acuerdo con los postulados académicos mayoritarios de nuestros días.

El problema es que el mero hecho de producir una historia de la literatura concretamente «catalana», en lugar de ser una actividad normal de un país dotado de autogobierno, continúe resultando provocativo para los nuevos croatas del españolismo militante que últimamente nacen como las setas en otoño.