La UB y la Fundación Bosch i Gimpera participan en un banco de ADN pionero en Europa de familiares de víctimas de la Guerra Civil

Fotografía de Salvador Redó publicada en el diario <i>Regió7</i> el 16 de noviembre de 2012.
Fotografía de Salvador Redó publicada en el diario Regió7 el 16 de noviembre de 2012.
(22/05/2014)

El Laboratorio de Genética Forense de la Unidad de Medicina Legal y Forense de la Facultad de Medicina de la UB, con la colaboración de la Fundación Bosch i Gimpera, tiene actualmente entre sus actividades la creación y mantenimiento de un banco de ADN de familiares de víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista. De este modo, se quiere ayudar a personas que buscan los restos de algún familiar desaparecido que pueda estar en alguna de las 240 fosas comunes que existen oficialmente en Cataluña. Los impulsores del proyecto son Marc Antoni Malagarriga Picas y Roger Heredia Jornet, que buscan a su tío y a su bisabuelo, respectivamente. Los tests de identidad genética se han usado en varias ocasiones para establecer la identidad de un cadáver; pero lo que no es habitual —de hecho, solo se conoce un caso parecido en Bosnia Herzegovina— es la creación de un banco con muestras de ADN congeladas a la espera de que se puedan exhumar los cadáveres sin identificar. Ahora, se ha iniciado una campaña de recogida de fondos en la plataforma web Verkami para financiar este banco: http://vkm.is/bancadn.

Fotografía de Salvador Redó publicada en el diario <i>Regió7</i> el 16 de noviembre de 2012.
Fotografía de Salvador Redó publicada en el diario Regió7 el 16 de noviembre de 2012.
22/05/2014

El Laboratorio de Genética Forense de la Unidad de Medicina Legal y Forense de la Facultad de Medicina de la UB, con la colaboración de la Fundación Bosch i Gimpera, tiene actualmente entre sus actividades la creación y mantenimiento de un banco de ADN de familiares de víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista. De este modo, se quiere ayudar a personas que buscan los restos de algún familiar desaparecido que pueda estar en alguna de las 240 fosas comunes que existen oficialmente en Cataluña. Los impulsores del proyecto son Marc Antoni Malagarriga Picas y Roger Heredia Jornet, que buscan a su tío y a su bisabuelo, respectivamente. Los tests de identidad genética se han usado en varias ocasiones para establecer la identidad de un cadáver; pero lo que no es habitual —de hecho, solo se conoce un caso parecido en Bosnia Herzegovina— es la creación de un banco con muestras de ADN congeladas a la espera de que se puedan exhumar los cadáveres sin identificar. Ahora, se ha iniciado una campaña de recogida de fondos en la plataforma web Verkami para financiar este banco: http://vkm.is/bancadn.

«Establecer la relación de parentesco a través del ADN es más sencillo cuanto más directo sea el vínculo familiar —por ejemplo entre padres e hijos—; cuanto más se aleje el grado de parentesco, más difícil es identificar el cadáver», explica la investigadora del Departamento de Salud Pública de la UB Carme Barrot. Así pues, el tiempo juega en contra del proyecto; puesto que los familiares más directos de los difuntos —hijos o sobrinos— son personas de edad avanzada. Familiares de los desaparecidos luchan por obtener ayuda de la administración para poder abrir las fosas comunes y encontrar los restos de padres, abuelos o tíos. Un hito importante fue la aprobación, en diciembre pasado, de una moción en el Parlamento de Cataluña sobre el cumplimiento de las recomendaciones del informe del Comité contra las Desapariciones Forzadas de las Naciones Unidas, que apoya la creación de un banco de ADN de familiares de desaparecidos en Cataluña para facilitar su identificación, e insta al Gobierno a destinar al proyecto los recursos necesarios.

 
La campaña de micromecenazgo que ahora se emprende en Verkami tiene como objetivo incrementar el banco de ADN. Para hacerlo, se sacarán adelante medidas como la creación de un documental interactivo que difunda la existencia del banco de ADN e incentive a participar en él. Según los impulsores de la iniciativa, en Cataluña hay actualmente alrededor de 4.600 familias que buscan a algún pariente desaparecido durante la Guerra Civil o la dictadura.
 
Para formar parte del banco de ADN, hay que extraer una pequeña muestra de sangre a los familiares de la persona desaparecida. Una parte del extracto seco de la sangre donde está el ADN purificado se guarda a −75 ⁰C en el Laboratorio de Genética Forense de la UB, dirigido por el Dr. Manuel Gené, y otra se entrega a los interesados, junto con toda la documentación que lo acredita. El proceso cuesta 150 euros y se gestiona a través de la Fundación Bosch i Gimpera. Cabe decir que desde los años noventa la aplicación de la técnica de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) permite la amplificación in vitro del ADN y, por lo tanto, la identificación a partir de una cantidad muy pequeña de muestra biológica (cabello, saliva, mancha de sangre, etc.).
 
La figura de Bosch i Gimpera
 
Entre las nueve familias que han dejado hasta ahora muestras en el banco de ADN guardado en la UB, está la de Juli Martí Cristià, desaparecido en 1938 en Villar de los Navarros. Su hijo Eduard está buscando los restos desde hace más de diez años. Llevado de una pasión por conservar la memoria familiar, Eduard Martí posee un centenar de cartas de su padre escritas desde el frente con las que se puede reconstruir con precisión su trayectoria, desde su alistamiento en diciembre de 1936 —como voluntario a los 43 años— a su paso por varias poblaciones del frente de Teruel luchando a favor de la República, hasta ser capturado y ejecutado por las fuerzas fascistas. Eduard Martí explica cómo en las vicisitudes de su familia ha aparecido dos veces la figura de Pere Bosch i Gimpera. La primera vez fue durante la Guerra Civil, cuando el antiguo rector de la UB, conocido de la familia, apoyó a su madre, Mercè Valls, cuando su marido desapareció, y la ayudó a encontrar trabajo. Ahora, más de setenta años después, Eduard Martí ha acudido precisamente a la Fundación Bosch i Gimpera para poder formar parte del banco de ADN y tener esperanzas de localizar algún día los restos del padre. Eduard, de 89 años, es actualmente el único hijo vivo de Juli Martí.
 
El Laboratorio de Genética Forense de la UB está especializado, desde el año 1975, en el estudio de la variabilidad genética humana aplicada a la genética forense y sus principales aplicaciones: la investigación de la paternidad biológica y el diagnóstico de identidad en muestras forenses. Es líder en investigación y en la aplicación de las técnicas más avanzadas al ámbito científico internacional de la especialidad.