Íñigo Errejón: «Izquierda y derecha ya no son útiles para expresar la voluntad de transformación de una parte de la sociedad»

Íñigo Errejón.
Íñigo Errejón.
Entrevistas
(17/08/2015)

Íñigo Errejón (Madrid, 1983) confiesa que lo que ha ocurrido en los últimos meses con Podemos, el partido fundado por él, Pablo Iglesias y otros activistas, era «difícil de imaginar». El actual secretario político de la formación estuvo la semana pasada en Universidad de Barcelona para participar en el curso de Els Juliols La nova política, coordinado por David Brunet, politólogo y exasesor del gobierno ecuatoriano en la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales. Doctor en Ciencias Políticas, Errejón explicó su experiencia como uno de los fundadores del partido y director de las exitosas campañas para las elecciones europeas, municipales y autonómicas.

Íñigo Errejón.
Íñigo Errejón.
Entrevistas
17/08/2015

Íñigo Errejón (Madrid, 1983) confiesa que lo que ha ocurrido en los últimos meses con Podemos, el partido fundado por él, Pablo Iglesias y otros activistas, era «difícil de imaginar». El actual secretario político de la formación estuvo la semana pasada en Universidad de Barcelona para participar en el curso de Els Juliols La nova política, coordinado por David Brunet, politólogo y exasesor del gobierno ecuatoriano en la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales. Doctor en Ciencias Políticas, Errejón explicó su experiencia como uno de los fundadores del partido y director de las exitosas campañas para las elecciones europeas, municipales y autonómicas.

En la sesión, también dio algunas de las claves para entender el discurso político de su formación, situado en un marco en el que ya no tendría cabida la clásica división entre derecha e izquierda: «Creo que derecha e izquierda ya no existen. Han sido metáforas válidas para ordenar la manera de hacer política; pero en estos momentos no son útiles para expresar la voluntad de transformación y la necesidad de cambio de una parte de la sociedad», explicó.

 

Una campaña sin apenas recursos

El 11 de marzo de 2014, un nuevo partido político se daba de alta en el registro del Ministerio del Interior. Apenas cuatro meses después, Podemos participaría en las elecciones europeas consiguiendo cinco escaños y situándose como el cuarto partido más votado de España. «Sería muy pretencioso reconstruir una historia de éxito en la que todo estaba previsto. La realidad es que todo el proceso ha estado lleno de imprevistos y mucha suerte», recordó. «Sin recursos económicos —gastamos unos 100.000 euros obtenidos gracias al micromecenazgo—, sin casi recursos organizativos y tirando de amigos, la verdad es que era difícil de imaginar».

La sorpresa tras los buenos resultados no se produjo solo en las filas de Podemos; sino también en el resto de formaciones y en los medios de comunicación: «Las primeras preguntas que nos hicieron dicen mucho del entorno en el que estamos. Se centraron en cuál había sido el manual o la receta que habíamos seguido para obtener una representación a partir de la nada. Sin embargo, lo que había  que analizar no era un tema de marketing político; sino de políticas y de qué estaba pasando en el Estado español para que llegáramos nosotros», apuntó.

 

Ruptura del consenso del 78

El cofundador de Podemos señaló que entre las causas de la irrupción política de su formación se encuentra la ruptura del consenso alrededor del sistema nacido de la Constitución de 1978. Una crisis que vendría marcada por la mala situación económica, que quiebra la idea de progreso social ascendente, y por la corrupción. «Por un lado, la corrupción crea una percepción por la cual, para mucha gente, los que mandan se han saltado el orden constitucional. Y por otro lado, se rompe la idea por la cual cada generación iba a vivir mejor que la anterior. La quiebra de este progreso traslada la sensación de que los sectores dirigentes no buscan la mejora común y además no son capaces de ofrecer un horizonte de futuro a la gente», argumentó.

En este sentido, Errejón matizó que «la crisis del orden del 78» no significa que todo lo que pasó entonces no tuviera sentido; sino que plantea en qué medida ofrece respuestas a las  necesidades de la gente: «No es tanto la impugnación del pasado como en qué medida no es capaz de abrir y ofrecer una nueva etapa», apuntó.

 

La importancia del movimiento 15M

En este contexto de ruptura es cuando surge el movimiento 15M, clave en la creación del partido. «El 15M sitúa en la agenda política problemas que antes no lo estaban —como por ejemplo los desahucios— y señala responsables y víctimas; pero además trenza una solidaridad simbólica entre colectivos que no tenían nada en común más allá del enfado», explicó.

Para el politólogo madrileño, aunque el 15M no proponía un modelo concreto, generó una división diferente del espacio político; ya que los partidarios del movimiento se parecerían más entre ellos que a los políticos. Esta situación se convertiría en una oportunidad para los fundadores del partido: «En un momento de crisis orgánica en el que los consensos están agrietados en términos económicos, territoriales… es cuando creemos que hay posibilidades de lanzar una idea política para construir una mayoría transversal, que supere el eje izquierda-derecha y acabe con la idea de que lo social y lo político van separados», explicó.

Respecto al futuro del partido, Errejón señaló que «la política es una lucha por dar sentidos y construir narrativas capaces de agrupar voluntades; es un proceso que no está atado, y en todo proceso de transformación la duda es si lo van a capitalizar las élites o una fuerza popular». En esta lógica, «hay que tener en cuenta que la gente no va a estar movilizada perpetuamente y hay que trabajar pensando que la marea bajará». Además, reconoció la problemática de pasar de las ideas a la realidad del gobierno y las medidas concretas, y enfrentarse al peligro de «ser puro y no ganar, y por tanto ser irrelevante, o llegar a ser tan parecido a los adversarios, que te hayas convertido en uno de ellos».

Durante la charla, Errejón también trató el tema del proceso soberanista en Cataluña y el papel del presidente de la Generalitat: «Artur Mas no es el creador de la ola; pero se ha subido a ella y está en condiciones de gestionarla. Ha construido un escenario político y una hegemonía que domina; pero que también deja a mucha gente fuera», concluyó.