Cartas inéditas entre Camilo José Cela y Antonio Vilanova

La edición del epistolario ha sido posible gracias a la Fundación Camilo José Cela, que ha cedido todas las cartas que conservaba entre Cela y Antonio Vilanova, que había sido catedrático de Filología Hispánica en la UB. Leyéndolas se llega a conocer la estrecha relación humana e intelectual entre ambas personalidades, y se puede profundizar, además, en aspectos de la cultura española de mediados del siglo XX. Los trabajos de edición han ido a cargo de Blanca Ripoll i Sintes, investigadora del Departamento de Filología Hispánica de la UB.

Cela era, junto con Miguel Delibes, el autor contemporáneo que más apasionaba a Vilanova. De hecho, Vilanova y Pemán fueron los únicos críticos capaces de entender e interpretar la obra de Cela Mr. Caldwell habla con su hijo. Cela y Vilanova se conocieron en febrero de 1953, supuestamente en la Universidad de Barcelona, durante la clausura de un ciclo sobre novela. A partir de entonces iniciaron una amistad intensa, como denota el epistolario que ahora conocemos y en el que se hace evidente la familiaridad con que se trataban.

Camilo José Cela / Antonio Vilanova. Correspondencia empieza con una larga carta de Antonio Vilanova a Cela (mayo de 1954) en la que el hispanista, desde su cátedra de la Universidad de Barcelona, describe el ambiente que le rodea, agradece la hospitalidad que Cela y la que entonces era su esposa, Charo, le han dispensado en las visitas recientes que les ha hecho, y pone de manifiesto la admiración y el aprecio que siente por el autor y su obra. La última de las cartas entre ambos (septiembre de 1991) también la envía Antonio Vilanova para agradecer a Cela el apoyo que le ha ofrecido para optar a la vacante que Ricardo Gullón ha dejado en la Real Academia Española. Entremedias, se puede ir siguiendo un intercambio periódico de impresiones intelectuales (como cuando Vilanova hace referencia a la lectura crítica y admirada de la obra de Cela), quejas (sobre las prisas y presiones de los editores para el uno, y de otros críticos literarios o las oposiciones a cátedra, para el otro), inquietudes, dudas profesionales y agradecimientos y manifestaciones de aprecio y condolencias por la enfermedad o la defunción de familiares, una confianza que se hizo extensiva a las respectivas mujeres y de la que también recoge testimonio el epistolario ahora publicado.

Para Adolfo Sotelo, y así lo manifiesta en el prólogo de la edición, «lo sustancial de esta correspondencia se ubica en la etapa que va desde 1954 a 1962, años decisivos para el itinerario de Camilo José Cela y Papeles de Son Armadans, y también tiempos difíciles y cruciales para la andadura académica de Antonio Vilanova. Espacio y tiempo en los que la franqueza y la colaboración fueron la mejor compañía entre ellos. Adecuado emblema del epistolario es la consideración de CJC en carta del 8 de septiembre del62: “Te hablo sin ambages, porque te quiero como a un hermano”».

Camilo José Cela, uno de los escritores más destacados de la literatura española de todos los tiempos, fue miembro de la Real Academia Española y fue reconocido con numerosos galardones, entre los que destacan el Premio Nobel de Literatura en 1989, el Premio Cervantes en 1995 y el Príncipe de Asturias de las Letras en 1987. El escritor gallego, que murió en 2002, meses antes de cumplir los 86 años, dejó una obra más que prolífica como novelista, periodista, ensayista, editor de revistas literarias y conferenciante.

Antonio Vilanova, hispanista, ensayista, escritor y catedrático de la UB, falleció en 2008 a los 84 años. Publicó buena parte de sus reseñas literarias en el semanario Destino. Desde 1996 dirigió también la gran colección de literatura europea Palabra en el Tiempo, que editaba Lumen.