Menos, pero más: entendiendo la pérdida de genes en la evolución
En las últimas décadas, la secuenciación de genomas de miles de especies nos ha permitido comprender mejor cómo la evolución ha moldeado la extraordinaria diversidad de la vida en la Tierra. Uno de los hallazgos más reveladores es que la pérdida de genes puede desempeñar un papel tan importante como su adquisición en la evolución de las especies.
Aunque intuitivamente asociamos la pérdida de genes con una reducción de funciones, la hipótesis de “menos es más” propone que en algunos casos las pérdidas pueden conferir ventajas evolutivas.
Existen múltiples ejemplos: en humanos, la pérdida de ciertos receptores celulares otorga resistencia a enfermedades como la malaria o el VIH. En colibríes, la pérdida de genes del metabolismo energético y de la musculatura facilitó la evolución de su característico vuelo estacionario.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation.
Aunque intuitivamente asociamos la pérdida de genes con una reducción de funciones, la hipótesis de “menos es más” propone que en algunos casos las pérdidas pueden conferir ventajas evolutivas.
Existen múltiples ejemplos: en humanos, la pérdida de ciertos receptores celulares otorga resistencia a enfermedades como la malaria o el VIH. En colibríes, la pérdida de genes del metabolismo energético y de la musculatura facilitó la evolución de su característico vuelo estacionario.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation.