El término cave (caverna), sigla de cave automatic virtual environment, mantiene reminiscencias con la denominada caverna de Platón. Se trata de un sistema de realidad virtual que ofrece a los participantes un entorno de alta resolución con visión estereoscópica de un mundo virtual creado por ordenador. Los participantes no solo pueden ver este mundo, sino que pueden formar parte de él. Por eso dejan de ser usuarios para pasar a ser participantes.
La cave es una habitación de 3 x 3 metros, en la que tres de les paredes y el suelo son pantallas. El entorno virtual se genera a partir de proyectores de gran potencia y de calidad cinematográfica que funcionan con un patrón alternativo de proyección que muestran los ojos izquierdo y derecho. El participante lleva gafas; cada una de las lentes está sincronizada con las imágenes del lado izquierdo o derecho del ojo, para que las imágenes del lado izquierdo solo se vean con el ojo izquierdo y las del lado derecho, con el derecho. El cerebro fusiona ambas imágenes en una percepción global e interpreta así el mundo virtual. Además, se hace el seguimiento de la cabeza del participante, de modo que las imágenes se actualizan constantmente para que coincidan con la dirección de la visión. Todo ello da al espectador la sensación de estar en un mundo representado por la realidad virtual en lugar de estar en el mundo físico al que estamos acostumbrados.
El investigador Mel Slater, que ha impulsado la construcción de la cave con la financiación del Consejo Europeo de Investigación (ERC) en el marco del proyecto Traverse (trascender la realidad), denomina edificio i3 al espacio en el que se ha ubicado la cave. Las tres i significan la ilusión (porque la cave de realidad virtual genera la ilusión de ser transportado a otro lugar), la imaginación (porque ese entorno solo está limitado por la imaginación del diseñador, y cualquier cosa que pueda imaginarse, en principio, puede programarse) y la investigación (que es el núcleo y el principal objetivo de la cave).
La idea de la cave fue elaborada por investigadores de la Universidad de Illinois (Chicago) a principios de los años noventa (Cruz-Neira, Sandin, DeFanti, Kenyon y Hart, 1992). Es una sala en la que la gente no solo ve sombras, sino que ve, de una manera dinámica, representaciones en movimiento y la transformación completa y convincente de lugares, objetos e incluso de otras personas.
